miércoles, 26 de septiembre de 2012

Todo cambia en un segundo

 
 

 

 
El olor a tierra fertil seca, el sonido de las caudalosas asequias acompañando nuestra travesía, el calor calcinante estando quieto pero soportable en nuestro  avazar, el sonar de las hojas con los pocos ventarrones que a ratos nos venían a refrescar, el sentir el brío y el galopar de los caballos, todos juntos avanzando por el campo pero al mismo tiempo siendo individuos independientes capaces de pensar, decidir y reaccionar, presagiaban un lindo día, una cabalgata de amigos, de padres, e hijos y yo, la única mujer; imaginábamos una tarde alegre de conversaciones y risas, de juegos de chicos al llegar a nuestro destino final, la chacra, nuestro fundo "San Martín".

Me sentí tan contenta de salir los cinco a una cabalgata, si mal no recuerdo era la primera vez, si pues no a todos los hijos les gusta lo mismo pero decidimos que ese sábado ivamos todos para compartir en familia y para disfrutar de la naturaleza, todo iba muy bien, tenia ganas que nos tomemos fotos juntos... se les veía tan lindos con sus sombreros, lentes y pañuelos para repeler el polvo del camino, pero pensé en mejor no molestarlos y no malograrles el momento pues de mi familia de cinco, yo soy la única a la que le encantan las fotos y mis cuatro hombrecitos; mi marido y mis hijos; hacen lo que sea para no salir en una.

Pasamos algunos contratiempos desde antes de partir, una yegua nerviosa por no querer dejar ni separarse de su cría de dos meses logro safarse de su Chalan que la tenia agarrada y largo cual rayo la carrera dejando a su paso una estela marcada en la alfalfa crecida, los caballos se pusieron nerviosos y algunos que ya estábamos sobre la montura decidimos alejarnos al no saber hacia donde se le ocurriría seguir corriendo pero después de desahogar su ansiedad por la cría, paro y se tranquilizo, y así otros episodios que gracias a Dios pudieron controlarse con algo de susto pero sin llegar a mayores, uno de los niños de la cabalgata ya no quería montar mas y al parecer el caballo sintió su incomodidad o su temor y nuevamente se salio de control, algunos trataron de cortarle el paso, poniéndose delante de el, pero sin importarle nada se noto que su intención era salir corriendo camino arriba así que felizmente mi esposo logro cogerlo de la mano y jalarlo para que el caballo no se lo lleve con el, recuperando nuevamente al animal que después de correr a todo lo que daba regreso solito y se quedo al costado de otro de su mismo criadero, pues como se dice, estaba amadrinado, continuamos.

Y así seguimos nuestra ruta, unos adelante y otros atrás, pasando y cambiando de lugares, dirigiendo a nuestros fieles compañeros en ese momentos, pero al mismo tiempo sintiendo y tratando de entender lo que ellos también querían.  Adelantar para no tragar tanto polvo, retroceder porque ya somos muchos en una linea y chocan los estribos, acelerar porque el caballo quiere ir delante de todos o frenarlo un poco para no estar muy cerca del de adelante y poder liberarte de algún animal malhumorado que pueda meterte una patada, y así andábamos, con el sonido de los cascos por ratos al unisono, y también como creando una suerte de música moderna, sin un ritmo definido, evitando perros que salían a ladrarnos, pero al ver 15 caballos juntos, se volvían sumisos y simplemente se quedaban sentados al lado del camino mirando, como algunos niños que salían corriendo, a ver ese lindo espectáculo no muy común  por esos lares.

Y así en un instante, en mínimos segundos todo cambio, desde atraz se escucho que paremos que alguien se había caído, pensé como en otras ocasiones que era un adulto y que se sacudiría, subiría y la cabalgata se reanudaría para continuar, cuando de pronto escuche que se trataba de uno de mis hijos, simplemente sentí que se me heló el cuerpo, di la vuelta de inmediato y casi a galope esquive los caballos que estaban parados en mi camino, antes de llegar a el puede ver la pellonera tirada sobre la tierra e imagine lo peor, hasta que lo vi, una escena que no se la deseo a nadie, tirado, sobre la tierra, tal cual cayó del caballo, en una forma no muy cómoda ni normal de caer, al verlo así, la pellonera por un lado y a el por otro solo pude imaginarme que había salido volando, trataba de enterder y al mismo tiempo deseaba que no fuera cierto, pero no, si era verdad, estaba tirado, diciendo que por favor nadie lo toque, no lloraba, me sorprendió, estaba tranquilo, tenia un gran ematoma entre el ojo y la cien, realmente era impresionante el bulto que se podía haber formado en tan poco tiempo, con un corte y un pequeño labio por donde salia sangre, ahora me pongo a pensar y parecía un volcán, solo atine a bajar del caballo y preguntarle como estaba, taparle el sol con un sombrero, que a esa hora si se sentía quemar como un horno ya precalentado, tratar de  ponerle algo bajo la carita para que no siga sobre la tierra y ponerle sobre la erida sangrante un pañuelo con hielo, que recibí  de la mano de no se quien, pero fue lo mas acertado de hacer en ese momento y a quien lo haya hecho se lo agradezco de corazón.

Mis piernas temblaban, me senté a su lado para que nadie lo mueva por temor y para respetar su pedido hasta que alguien preparado venga a levantarlo con una camilla o algo que funcione como tal, y el sintió mi tembladera, no podía controlar la pierna, y ahí en esa misma y exacta posición como cayó me decía mama no tiembles....

El camino a la Clínica se me hizo eterno, no poder pasar de segunda en los caminos de trocha me llenaban de impotencia, y por mas que ya habíamos llegado a la carretera no podía ir a todo lo que hubiera querido, eran tantas cosas, ganas de llorar, nervios para manejar, y estar pendiente de lo que pasaba en la tolva de la camioneta donde mi dulce retoño iba hechado y bueno, felizmente acompañado por alguien.

Y ahora aquí estoy, pensando como en segundos las cosas cambian, como algo que planeamos que sea tan bonito de pronto dio un giro inesperado y cambio totalmente todo lo que tal vez se creía que iba a ser, pero no..... no es así, no tenemos control de nada, tan solo nos queda tratar de ser buenas personas y vivir con felicidad y agradecidos.  No saben... ni se pueden imaginar lo agradecida que yo puedo estar, porque si, mi hijo esta golpeado con moretones y raspaduras, tal vez ahora no puede moverse muy bien por tanto dolor y ojala no le quede marcada la media herradura que tiene en la espalda, pero ahí esta, bien!!! sin ningún daño peligroso, con todos los exámenes con resultados positivos, sin nada que lamentar, ni preocuparnos, así que agradezcamos siempre, amemos con todo a nuestros seres queridos, abracemonos, besemonos, tal vez como el mio por la adolescencia no lo reciban muy bien al principio pero si uno insiste, terminaran aceptándolo, hay que decir cuanto los queremos y cuan importantes son para nosotros, no pretendamos que por el solo hecho de sentirlo la otra persona ya lo sabe, hay que hacerlo saber.

Hoy vuelvo a descansar, disfruto verlo dormir tranquilo, me da un poco de pena todavía verlos con las mangueras de los sueros y esas cosas medicas, pero feliz porque seguramente ya mañana saldremos de aquí, felices de regresar a nuestra casa a nuestro hogar y rezando por los que todavía se quedan para que se recuperen pronto y puedan volver a vivir con plenitud y volver a disfrutar.

4 comentarios:

Hasta en el último rincón dijo...

Sí, es increíble como todo cambia en segundos... pero no entiendo, eso pasó hace mucho, porque dices que aun te da pena verlos con mangueras, están mal? Alguno de ellos aun tiene problemas por la caída?

Espero que no.
Eres una excelente mamá, no tengo duda de ello.

Un beso!

Benny dijo...

Me gusta como describes al detalle desde que empezó la cabalgata con tu linda familia. Que orgullo para tí estar compartiendo un dia tan lindo con "tu hombres". Cuan difícil debe haber sido vivir ese momento tan terrible en que un paseo se convirtió en casi una tragedia. Gracias a ese Angel que siempre los está cuidando... Gracias porque todavía puedes mirar a tu hijo dormir, sonreir, reir, compartir...La vida, como tú dices, da derrepente vuelcos tan inesperados que pueden hacer que en un momentos rias feliz y más tarde llegues a llorar desesperadamente..., leerte trae a mi memoria tantos recuerdos!! Gracias porque aunque desde lejos te tengo a tí..., los tengo a ustedes!!!

niky dijo...

Hola Marite, la verdad ahora ya esta bien y el susto paso, la caida fue el sabado 15 de Septiembre y fue mi hijo Sebastian de 14 años, eso lo escribi mientras el dormia la primera noche en la clinica pero por suerte el lunes despuues de descartar todo, lo dieron de alta y ahora solo esta en reabilitacion, gracias por tu preocupacion, y tus alagos.

Cuidate mucho!!

niky dijo...

Ma leer tus comentarios siempre es gratificante, ya sea por este medio, via mail, o por telefono, a veces me da mucha pena que todas vivamos lejos y no poder disfrutar como quisieramos pero para el amor no hay barreras ni distancias, y me da mucho gusto que a travez de mis escritos puedas recordar lindos momentos de cuando todavia nos tenias bajo tu cuidado, gracias por todo, eres una exelente mamá.