Esta noche dormí sola, no estas a mi lado y me siento tan extraña, tengo que hacerme a la idea que serán varias noches así y en algún tiempo serán más, no me queda otra, así es la vida, a veces en menos de lo que uno piensa las cosas cambian, pero para eso tenemos que ser firmes en nuestros sentimientos y nuestro amor, y saber que estas son pruebas que Dios nos manda para hacer mas fuerte nuestra relación.
Y hablando de pruebas, ya pasamos muchas y seguimos juntos, así que esta vez tan solo me queda esperar que esta etapa pase y que volvamos a estar juntos sin separarnos tantas veces como ahora.
Recuerdo esos días en que nuestro amor recién comenzaba, y tuvimos que estar tanto tiempo separados, las cartas; en esa época escritas a mano, eran el lazo que nos unía, la alegría de encontrar un nuevo sobre que abrir y palabras románticas que leer, escuchar tu voz en el teléfono me mantenía viva y me cargaba de nuevas energías para poder soportar nuestra lejanía, y después de tanto tiempo ahora tenemos que pasar por lo mismo.
Realmente escucharte me alegra el alma, y deseo con ansias que entren tus llamadas o encontrar algún mensaje en mi bandeja de entrada, es como vivir día a día y minuto a minuto esperando alguna señal de ti, ver varias veces mi correo y chequear el celular cada nada, que increíble, antes no teníamos todo lo que ahora nos permite comunicarnos y como nos volvemos tan dependientes de cuanto aparato aparece, pero como agradezco que existan porque a pesar de la distancia puedo sentirte algo mas cerca por lo menos por unos cuantos minutos y después a pisar tierra firme otra vez.
Creo que realmente el amor es el gran motor de la vida, el amor en todo sentido, amor de amigos, pues el apoyo que se dan es incondicional, el amor de hermanos, porque con nadie puede haber tanta camaradería, el amor de padre, pues como hijo sentimos la seguridad y la tranquilidad para vivir la vida intensamente y el amor de hijo, porque sabemos que en el mundo nadie como un hijo y un padre, pues jamás se abandonaran, y sobretodo el amor de esposos, porque nos volvemos 50 por ciento, nos volvemos la mitad de uno TODO que crea vida, un TODO que rebalsa por cada poro amor y mas amor, que será el pilar para que después los hijos sigan repartiéndolo hasta inundar el mundo entero.
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